DISCO DE LA SEMANA: Blur - The Magic Whip
Su retorno gradual empezó con una gira que los llevó incluso hasta la explanada del San Marcos, pero finalmente se consumó el martes con el lanzamiento oficial de su primer disco en 12 años. ¡Blur está de vuelta!
No es solo el primer disco de Blur en 12 años, sino también es su primer disco con Graham Coxon en 16. Quizás esto último explique mejor lo que significa The Magic Whip, ya que desde Parklife hasta 13, las más grandes obras de la banda británica siempre contaron con el creativo guitarrista. Ahora, si bien el nuevo álbum parece por ratos otro más de los proyectos solistas del también talentoso Damon Albarn, la firma de Coxon aparece en momentos precisos para confirmar que tenemos finalmente un nuevo trabajo de Blur, el conjunto.
Siempre se habló de comparaciones de la otra gran banda de Britpop noventero, Oasis, con los Beatles. Sin embargo, sin ser un factor que determine necesariamente al ganador de la famosa "Batalla del Britpop", Blur fue siempre el más parecido al cuarteto de Liverpool debido a sus tendencias a experimentar sin salirse completamente de su género. Esto se refleja muy bien en The Magic Whip. Si bien no hay muchas baladas con timbres de voz comparables a los de Lennon (como en los mejores discos de Oasis), sí se nota el esfuerzo por jugar con la psicodelia por medio de sonidos electrónicos, como en "Ice Cream Man", o desviarse del sistema convencional de verso-coro-verso-coro, como en "Lonesome Street". Con esta última es que Blur abre el álbum; una gran elección tomando en cuenta que empieza presumiendo inmediatamente de la presencia de Graham Coxon a través de uno de sus característicos rasgueos rítmicos. Es uno de los temas más fieles al estilo de Blur, y también uno de los mejores del disco. Quizás no sea coincidencia, considerando que "I Broadcast" es otro ejemplo de esta correlación.
No obstante, Blur no siempre triunfa a base de su estilo más tradicional. "New World Towers", uno de los temas iniciales, demuestra que la fórmula más personal de Damon Albarn también puede funcionar. El genio detrás de Gorillaz le da a la canción un toque Art Pop parecido a los de su último trabajo de solista, Everyday Robots. De hecho, algunas de las inquietudes de ese trabajo son compartidas por The Magic Whip. Albarn reitera su interés en los efectos de la tecnología en nuestra vida cotidiana, el cual no solo ha influido en sus letras sino también en la misma música. El problema tal vez llega solo cuando el vocalista se deja llevar demasiado por esta meditación, y entonces pierde un poco el ritmo del álbum como obra conjunta. Eso sí, ninguna de las canciones donde esto sucede llega a ser mala, simplemente no trasciende como algunas de las mencionadas previamente.
En general, tenemos aquí un disco bastante redondo. Los fanáticos más fieles de Blur estarán felices con esta nueva pieza para su colección. Los demás estarán satisfechos quizás con una selección más específica, como la gran primera racha de canciones, o las baladas intercaladas en la segunda mitad, como son "Ghost Ship" y "Ong Ong". Pero lo que es seguro es que el regreso de Blur es una excelente noticia para todos. The Magic Whip cumple y le da una excusa a los británicos para volver a los escenarios, donde son incluso más espectaculares. Y eso lo sabe Lima y lo saben todos.
Puntaje: 3.4 / 5