DISCO DE LA SEMANA: Courtney Barnett - Sometimes I Sit And Think And Sometimes I Just Sit
La australiana de moda nos recuerda a aquella vez en que Sheryl Crow y Nirvana se juntaron a hacer jammin'. Por eso suena única.
"I think you're a joke but I don't find you very funny"
Courtney Barnett fue una de las sensaciones de la última edición del festival South By Southwest en Austin, Texas. Jugó ese rol de artista que promete ser grande pero que aún no revienta; y bueno, luego de menos de una semana de concluir el festival que la consagró, la australiana finalmente ha lanzado su ópera prima. Sometimes I Sit And Think, And Sometimes I Just Sit es una obra sin ingredientes sofisticados pero que consigue enamorar a cualquiera gracias a su clara espontaniedad. Para todos los que extrañaban el Pop Rock directo de artistas como Sheryl Crow, aquí tenemos una flaca que encaja en el perfil y además supera los estándares; todo esto en solo un disco.
El debut de Barnett revive el estilo de la chica rockera que canta en la fogata, con un pequeño ajuste a la época Indie actual. Suena simple, pero nadie lo había intentado, o al menos nadie lo había logrado como ella. Gran parte de este éxito se debe a las fabulosas letras en el disco. Barnett habla de temas totalmente cotidianos, consistente con su estilo musical, pero su juego de palabras es brillante porque encaja de manera muy particular con la música sin perder la naturalidad. Desde la primera canción, "Elevator Operator", la australiana cuenta historias ingeniosas, y en esta en especial se manda con un mensaje anti-suicida que le da sentido a todo el cuento. Entonces el disco comienza de una manera alentadora.
Pero no todos los temas de Sometimes I Sit And Think... cargan una moraleja tan directa. Muchos solo hablan de situaciones cotidianas como la obsesión ("An Illustration of Loneliness") o la típica disyuntiva entre salir de fiesta y quedarse a gusto en casa ("Nobody Really Cares If You Don't Go To The Party"). Una de las canciones más representativas del álbum es "Depreston", balada fogatera sobre una pareja y su relación amor/odio con su pueblo monótono. En general, el debut de Courtney Barnett encanta porque es fácil de identificarse con los temas, pero no porque la cantante necesariamente lo quiera así, sino porque es profundamente sincera, y su historia resulta ser similar a la de todos nosotros.
Es interesante que, si bien el disco muestra una predominancia de hits del estilo "fogatero Indie" mencionado antes, de vez en cuando también lanza uno que otro chispazo de crudeza, como en la genial última pieza "Kim's Caravan", que incluso recuerda a Nirvana. Esta combinación de estilos alrededor de la base simple y buena onda hace única a la obra de Barnett, y la convierte en esa perfecta receta para días en los que uno necesita levantar los ánimos.
Puntaje: 3.55 / 5