El californiano -que dejó de ser hipster al entrar finalmente a los charts de Billboard este año- tardó 14 meses en preparar el mejor disco de su prolífica carrera; una espera larga para lo que nos tenía acostumbrados.  Manipulator trajo 17 canciones que no siempre armonizaron entre sí, pero que no dejaron de sonar a una gratificante compilación de grandes éxitos.  Entre esos hits fantásticos, destacaron la pareja "Feel" y "The Faker", "Mister Main", o "Susie Thumb".    Con un garage psicodélico monótono pero divertido, Ty Segall recordó esas épocas en las que el eterno Bowie se subía a los escenarios a cantar con Thee Oh Sees (o sea nunca...disco único).

Mastodon demostró este año que sigue siendo probablemente el mejor grupo de Metal en la actualidad.  Once More Round' The Sun le agregó consistencia al genial catálogo de los de Atlanta, pero también recogió todos los subgéneros de este en un mismo disco.  Aun así, el álbum se convirtió en el más accesible de la carrera de la banda, con éxitos como "High Road" o "The Motherload", cuyo controversial video dejó chico al twerking de Miley Cyrus.  Excelente ejemplo de un producto comercial que no daña la integridad.  Mastodon mantuvo sus virtuosos riffs y elaboradas progresiones, pero finalmente logró plasmar ambas cualidades en música popular.

La revelación del año.  Un pequeño grupo de universitarios canadienses se esforzaron para grabar su disco debut, y tan pronto salió este al aire, la banda se convirtió en la engreída de los festivales y blogs musicales.  Ought fue el favorito de los nostálgicos que añoraban el Art-Punk de Talking Heads y el Post-Punk de Joy Division.  Letras brillantes, cánticos apasionados, y sobre todo una gran inyección de poder fueron las causas principales del éxito de More Than Any Other Day.  No hubo un grupo con mayor potencial en el 2014 que este cuarteto, que al pararse en el escenario sonó incluso mejor.  Tam-poco hay un disco que merezca más expectativas que el próximo de estos.

El disco más gángster del año.  Freddie Gibbs era una promesa del Hip-Hop hasta que se unió a Madlib, el mejor productor del género en los 2000's, y se convirtió finalmente en uno de los raperos más grandes.  Piñata mostró la sinceridad de Gibbs, que predicaba sobre la thug life con más naturalidad que cualquiera de los raperos comerciantes de la radio.  Madlib demostró otra vez su habilidad de adaptación (como con MF Doom en la épica Madvillainy) y dejó a su compañero explotar toda su agresividad con beats que no buscaban protagonismo.  Ver, entonces, a Gibbs más inspirado que nunca fue la prueba de que Madlib había vuelto a hacer otra maravilla.

El genial Richard D. James volvió tras 13 años y rozó el nivel de sus clásicos con un sonido parecido al de su repertorio noventero, pero con tecnología de la actualidad.  Sus elaborados arreglos tuvieron entonces más sustancia y sonaron más profundos.  A pesar de provocar de vez en cuando con un Acid Techno desvíado de su típico camino, Aphex Twin no estuvo en plan revolucionario y simplemente usó la fórmula de siempre para conseguir los ya conocidos resultados favorables.  Después de todo, Syro mostró parte del trabajo incompleto de las "buenas épocas" de su compositor.  La espera larga hizo que el disco no suene viejo y nos termine conquistando nuevamente.

Tras sentir el vacío del fin de una larga gira con todos sus proyectos, Adam Granduciel plasmó sus emociones en el mejor álbum de The War On Drugs hasta la fecha.  Lost In The Dream fue el primer disco de la banda que no contó en absoluto con ayuda de su ex-integrante Kurt Vile, otro genio creativo.  Esto se notó en el nuevo sonido del grupo, que recordó al buen rock gringo ochentero, estilo Bruce Springsteen.  De todos modos, se vio un poco de la influencia de Vile en cómo las canciones corrían con menos prisa y lograban transmitir el nuevo estado de ánimo de Granduciel, quien demostró poder encontrar productividad hasta en los más tristes hiatos musicales.

Run The Jewels lanzó el segundo mejor álbum del año por segunda vez consecutiva.  Esta vez, el dúo sorprendió ofreciéndolo por descarga gratis.  La joya #2 en el catálogo del mejor acto de Hip-Hop del momento igualó el nivel de su ruidoso debut, pero explotó mucho más el subgénero del Hardcore.  La pareja El-P / Killer Mike funcionó a la perfección.  El primero supo exactamen-te cuándo elaborar y cuándo dejar el beat en su mínima expresión para aprovechar la potencia de su compañero.  Killer Mike, por otro lado, tuvo hasta menos pelos en la lengua que en el 2013, con letras que alcanzaron su apogeo este año.  Run The Jewels 3 ya está en preparación, así que agárrense.

Ujubasajuba mostró todas las características de un típico ganador de disco del año; todas menos alcance (solo estuvo disponible en bandcamp).  Incluso arrancó pareciéndose al ganador del '91, el épico Loveless de My Bloody Valentine.  Y es que, a excepción de MBV, nadie había hecho Shoegaze tan bueno en esta década como finalmente lo hizo Kairon; Irse!, cuyo extraño nombre podría haber dificultado su difusión.  Ujubasajuba también contó con una fuerte dosis de Post-Rock, cuya fusión con Shoegaze dio en el clavo gracias a la elaboración precisa de las guitarras.  Recién en la parte final del año, Kairon; Irse! empezó a recibir el reconocimiento merecido, pero fue suficiente para alcanzar al Tocadiscos a tiempo y recibir el voto a disco 2014.

St. Vincent - St. Vincent: Porque la talentosa Annie Clark se adueñó de los escenarios del 2014 y dio uno de los mejores actos en vivo del año; todo esto debido al original concepto de su último disco.  St. Vincent le añadió la imagen alienígena al ya bastante exótico personaje de mismo nombre, y se quedó muy cerca de la lista de los mejores discos del año.  Obra Magna.

Ariel Pink - Pom Pom:  Porque con la credibilidad musical que ganó con su banda Haunted Graffiti, Ariel Pink se atrevió a crear su propio universo y llevar su persona al extremo con resultados magníficos.  Pom Pom trajo algo que no oíamos desde los tiempos de Zappa y Captain Beefheart.  Art Pop a mil revoluciones.  Psicodelia retro en épocas Indie.  Una locura.

La Lá - Rosa: Porque ella sonó tan bella como toda la escena peruana en el 2014.  Fue increíble cómo una mezcla de tantos géneros nunca dejó de sonar minimalista.  El Bossa, Folk, Jazz y Vals armonizaron perfectamente con su voz y precisas letras.  Junto con Alejandro y Maria Laura, La Lá fue de lo mejor de un gran año para Perú, que ahora espera el nuevo disco de Kanaku & El Tigre.

Real Estate - Atlas: Porque no necesitaron ser los más sofisticados para quedarse en nuestros corazones.  Sin tener que venderse, Real Estate repartió melodías amigables pero llenas de melancolía.  No fue el mejor álbum de la banda originaria de New Jersey, pero Atlas no dejó de sonar desde su lanzamiento en Marzo, debido a su inusual sensibilidad.

Enorme año para la música, 2014.  Que sea entonces más próspero el que sigue.  ¡Felicies fiestas y que viva la música!