La nostalgia y la guerra de las drogas
CRÍTICA: The War On Drugs - Lost In The Dream
Existe tal cosa como Bruce Springsteen en la escena Indie. La razón por la que amamos Lost In The Dream es porque revive el rock más gringo de los 80's, (importante el énfasis en la palabra "rock") y lo hace con éxito, con originalidad. El tercer disco de The War On Drugs significa, entonces, otro cambio de estilo de la banda, que había coqueteado ya con el folk y alt-country en su debut, y con el shoegaze y neopsicodelia en su segundo álbum. Dejando de lado los géneros, sin embargo, Lost In The Dream es el mejor trabajo de la agrupación de Philadelphia, probablemente porque el líder Adam Granduciel consigue finalmente encontrar y transmitir su identidad con mayor precisión. Esto es particularmente notable en las letras, que tienen un tono más depresivo que de costumbre y así revelan la honestidad de la música también. Granduciel logra así un disco bastante íntimo, quizás porque por fin aprovecha al máximo la libertad de no estar al lado de otra cabeza creativa como lo es Kurt Vile, ex-integrante y fundador de la banda.
Lost In The Dream es entonces una combinación de buenas ideas. Está la independencia de Granduciel respecto a Kurt Vile, sí, pero también está presente el estilo del mismo Vile de dejar a las canciones correr sin prisa para terminar de expresarlo todo. Están también, además del "Jefe" Springsteen, otros héroes americanos como Bob Dylan o Tom Petty. Pero está sobre todo el vacío de un hombre después de volver de gira con varios grupos distintos. Granduciel, que también trabajó con Kurt Vile en su genial Smoke Ring For My Halo, es un tipo que ha conseguido encontrar productividad hasta en los hiatos musicales. Tal atención al detalle del día a día se transforma en otro de los candidatos a disco del año.
Puntaje: 3.8 / 5